Por: Juan Tomás
Santo Domingo.- Es Navidad, considerada el tiempo más especial del año (celebración, regalos, compartir, familia…), reencuentros con nosotros mismos, unión con nuestro DIOS, mostrando nuestros sentimientos de perdón, reconciliación, solidaridad. Expresándolo por medio de detalles, abrazos y palabras… El acercamiento con amigos, vecinos, compañeros de labores y la amada familia, fortaleciendo así relaciones y afectos.
Frases alegres y positivas expresadas hasta con personas que no conocemos pero que cruzan el día a día. En este corto tiempo del año la iglesia conmemora la llegada del Hijo Divino, marcamos cambios en nuestras vidas, reinicios. Tiempo de tradiciones, costumbres aprendidas en el hogar, el rescate de lo que formó las Navidades felices que más se recuerdan. La mágica de colocar las luces, el arbolito, el pesebre, las velas, la cena, los postres, la música, los regalos…
Una de las más hermosas tradiciones de la navidad era el enviar o recibir una tarjeta o postal navideña. Costumbre olvidada o sustituida por los regalos según el interés económico que usted represente para empresa, institución o persona, llega transformada en baúles de costosas bebidas, dedicados con simple tarjeta personal con un de: y para:
La inspiración que traía no solo una imagen de tema y hermosas frases, agregando un pensar manuscrito de positivos deseos, ha desaparecido casi por completo. Es raro recibir una tarjeta de felicitación o postal navideña, más raro aún es enviarlas. Las tecnologías han sustituido también esta tradición. Actualmente es común el correo electrónico, SMS, postales virtuales, videos o el WhatsApp para las felicitaciones.
Recibir esta tarjeta de felicitación inesperada llenaba de mucha ilusión, se tenía un espacio en el árbol, una pared o puerta de la casa para colocarlas, luego se guardaban como valiosos recuerdos. Igual ilusión traía seleccionar las tarjetas, dedicarlas, ensobrarlas, enviarlas, a nuestros seres de afectos.
Esta costumbre nace en 1846, Sir Henry Cole, caballero británico, hombre de negocios, aprovechando formar parte del reformado servicio postal, no querer escribir a sus relaciones personales una carta de Navidad, encarga a John Calcott Horsley maestro litógrafo, realizar la felicitación. Este, Pinta ¨la primera tarjeta reconocida por la historia¨, una familia brindando y en los laterales dos buenas acciones (gente dando comida a los necesitados, y ropa a los pobres), se leía “Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo para usted”. Muy criticada, decían que fomentaba la bebida.
Estas navidades recibirás muchas felicitaciones, pocas o ninguna que puedas colocar en el árbol. Las tradiciones y costumbres son una manera de hacerse presente, a veces se debe tomar la decisión de preservarla aun con los cambios modernos que acortan el tiempo tan agitado. Haz una lista de aquellas personas que alguna vez hicieron algo especial por ti, aún no haber hablado con ellas en mucho tiempo, amigos y familiares cercanos o no, elige una tarjeta… envíales. jatomasco@hotmail.com