Por: Millizen Uribe
Aunque afirma estar librando una dura batalla a lo interno de la Cámara de Cuentas para que se cumpla la ley, su presidente, Janel Ramírez, se siente solo y frustrado.
Y es que dice que, en el marco de su lucha a favor del cumplimiento de los procesos normativos en la Cámara de Cuentas, son muchas las personas e instituciones a las que se ha acercado y no ha encontrado apoyo.
“Yo he llegado a creerme que la lucha contra la corrupción en el país es una farsa. No siento el verdadero empoderamiento. Nadie quiere ponerle el cascabel al gato y eso es a todos los niveles. Realmente es una frustración. Somos muy pocos los verdaderos que queremos enfrentar la corrupción en el país”, expresó con tono de desaliento.
Agregó que la población es testigo que él está pagando un alto precio por eso y le pide involucrarse y conocer la entidad.
La verdadera razón del tranque
Ramírez negó que el tranque en la Cámara de Cuentas sea un problema de egos, personalidades o falta de gerencia.
Señaló que, más bien, lo que ha pasado es que a su llegada a la Cámara de Cuentas encontró más de 150 auditorías en diferentes etapas, incluso algunas listas para que se conocieran por el pleno y que la gestión anterior no se atrevió a emitirlas, por lo que él no lo hará, máxime cuando ellos mismos, refiriéndose al pleno anterior, dijeron que había cosas que no estaban bien.
Preguntado por qué no poner entonces en agenda, ya sea para aprobación o rechazo, esas auditorías como han solicitado por escrito la vicepresidenta, Elsa Catano, y la secretaria del pleno, Tomasina Tolentino, responde que él no está reteniendo auditorías, pero que ha pedido que se contrate a un equipo técnico diferente al que trabajó para la gestión anterior, porque está bajo cuestionamiento, y optar por un personal competente con práctica y conocimiento de la normativa que rige la auditoria externa, que revise la calidad de todos esos trabajos.
“Es natural que van a encontrar situaciones que tienen que ser atendidas, corregidas, pero cuando el trabajo esté razonablemente bien y se sometan al pleno, el primero que va a aprobar será Janel Ramírez”, aseguró.
Al cuestionamiento de si la lucha interna en la Cámara de Cuentas tiene que ver con los juicios a exfuncionarios por corrupción, respondió indicando que en la historia de los últimos 50 años nunca antes una Cámara de Cuentas había producido informaciones financieras e informes de auditorías que hayan servido de apoyo a procesos llevados a cabo por el Ministerio Público.
Dijo que gracias a esta gestión y al trabajo conjunto de la Cámara de Cuentas con la Procuraduría y la Contraloría, el país mejoró en la evaluación y medición de la lucha contra la corrupción, siendo reconocido por organismos internacionales, pero que cuando comenzaron a levantar la institución, extrañamente, desde adentro, salió una comunicación dirigida a los presidentes del Congreso y ahí comenzaron los bombardeos.
No obstante, Ramírez no quiso referirse a si la Cámara de Cuentas está politizada o si hay políticos incidentando.
“Yo lo que soy es técnico. Me quedo solamente en los asuntos técnicos y no me gusta entrar en ese tipo de detalles”, expresó.
Esta Cámara de Cuentas aún es salvable
Pese a los conflictos, respondió con un rotundo ¡Claro! la pregunta de si todavía se puede salvar la actual Cámara de Cuentas o si, por el contrario, hay que formar otra.
Para lograrlo primero, sugiere la creación de un equipo conformado por personas meritorias y con conocimiento técnico en materia constitucional y administrativa que dé seguimiento y acompañamiento a esta institución.
Además, contratar juristas de alto nivel en derecho administrativo para que den un diplomado intensivo en la institución, comenzando por los propios miembros del pleno, y que luego verifiquen en las acciones si aprendieron la lección.
Indicó que la calidad es innegociable, por lo que se tiene que tecnificar a la Cámara de Cuentas y que disponen de los recursos económicos para nombramientos de nuevo personal para el trabajo o implementación y puesta en funcionamiento de una dirección de monitoreo en línea, con carácter preventivo y que opere con sistemas automatizados o inteligencia artificial.
“Con eso y con que se cumpla la ley es suficiente”, enfatizó Janel Ramírez.
Advirtió que, si no es así, entonces hay que cerrar la Cámara de Cuentas y esos fondos distribuírselos a otras instituciones.
Luego estará mejor
Sobre la posibilidad que enfrenta esta Cámara de Cuentas de un juicio político con su consecuente destitución, Janel Ramírez dice no temer porque está consciente de haber hecho lo que tenía que hacer.
“Tengo principios y valores que son innegociables, un compromiso con el ejercicio de mi profesión, la cual adoro, y la certeza de que luego estaré mejor”, aseveró.
No ha sido interrogado sobre presunto acoso
En relación al estatus de la denuncia de presunto acoso que en su contra hicieron dos empleadas, reveló que todavía él no ha sido interrogado al respecto.
Cuestionado sobre los mensajes en los que él pregunta aspectos como el estado civil de las abogadas, dijo desconocerlos y afirmó mantuvo con ellas conversaciones naturales y normales.
“Nos llegó la información, antes del primer año de gestión, de que conmigo querían hacer lo mismo que con un señor de apellido Faña”, concluyó.