En resumen, «Freddy» es la historia de un padre contada desde la perspectiva de su hijo, que extrañamente toca muy poco la parte familiar y se enfoca más en su vida profesional
Por: ARIEL FELICIANO
Santo Domingo, R.D. – En 2010, República Dominicana perdió a una de las personalidades más influyentes de la televisión, don Freddy Beras Goico.
Programas como «El Gordo de la Semana», «Con Freddy y Milagros», y «Con Freddy y Punto» se convirtieron en el toque de queda de los dominicanos durante años.
Por lo tanto, no fue sorpresa para nadie cuando, aprovechando el apogeo de la ley de cine, alguien decidió hacer una película sobre una figura con tanta envergadura.
Giancarlo Beras (Pulso) decidió asumir el reto de contar la historia de su padre desde su perspectiva, con la ayuda de un guion de Jose Vázquez, la fotografía de Frankie Báez y la edición de Tabaré Blanchard.
La cinta cuenta con dos extraordinarias actuaciones de Luis José Germán en «Mis 500 Locos», interpretando a Freddy en su juventud, y de Augusto Feria en «La Otra Lucha», como Freddy en su edad adulta.
Sin embargo, el resto del elenco es pasable, con muchos desaciertos en el casting, como Pepe Sierra en el papel de Boruga y Fausto Rojas como Cuquín.
Las apariciones de figuras como Joaquín Balaguer y Leonel Fernández fueron muy caricaturescas, sacando al público completamente del drama que hemos estado viendo en pantalla, mientras que otras, como la de Sandy Ventura como su padre, dejan al espectador pidiendo más.
El relato se presenta a través de una anacronía. Comenzamos en el pasado, saltamos al presente del relato y luego, a lo largo de la película, vamos viendo una serie de saltos temporales que carecen de un hilo conector.
Se presentan anécdotas de momentos que parecen importantes en la vida de la figura, pero no ayudan a avanzar una trama principal.
La aparición de Héctor Aníbal y la historia de su personaje pudieron servir para crear un conflicto que terminara con una redención, pero fue completamente desaprovechada.
A pesar de todo esto, la cinta tiene momentos muy buenos, como el del Carbonero, que nos dan una mirada dentro de la cabeza de Freddy y cómo él sacaba inspiración de momentos que para muchos pueden ser triviales.
Frankie Báez hace un trabajo magnífico con la fotografía de la cinta.
La ambientación es muy acertada; los carros, la ropa, se sienten de diferentes épocas.
La única imperfección que pude notar fue cómo se veía la cicatriz de Héctor Aníbal cuando era joven, pero fuera de eso, a nivel general, la producción de la película es muy buena.
Tabaré manejó muy bien la edición. Los saltos en el tiempo se sienten muy orgánicos, las transiciones fueron imperceptibles y algunas muy bien planeadas, como en una escena en la que Freddy joven sale de la habitación y pasa frente a la cámara, luego entra el Freddy mayor
En resumen, «Freddy» es la historia de un padre contada desde la perspectiva de su hijo, que extrañamente toca muy poco la parte familiar y se enfoca más en su vida profesional, y en su “patriotismo”. La película pudo haber sido mucho más, pero se quedó a mitad de camino.
Si conoces la vida de Freddy, verás y recordarás momentos de la misma. Si no lo conociste, recibirás mucha información, pero no llegarás a conocer ni a entender por qué ese señor se convirtió en la figura que hoy en día muchos recuerdan con cariño.