“Desde que llueve las calles se inundan, dura 15 minutos lloviendo y ya el agua me llega hasta el segundo escalón de la casa. Yo tengo que irme a trabajar y me voy con el susto», declaró Jéssica Encarnación.
Por: JESSICA ARNO
Las épocas lluviosas se han convertido en una fuente de temor para sectores como La Jabilla y Brisas del Este, en Santo Domingo Norte, ya que deben vivir bajo el tormento de ver sus casas inundadas o sus enseres dañados a consecuencia de los estragos dejados por las inundaciones.
“Desde que llueve las calles se inundan, dura 15 minutos lloviendo y ya el agua me llega hasta el segundo escalón de la casa. Yo tengo que irme a trabajar y me voy con el susto, a veces levanto lo poco que tengo, porque llego a las 10:00 de la noche”, expresó Jéssica Encarnación al describir la incertidumbre que siente cuando en épocas de lluvias tiene que dejar su casa.
Encarnación reside en la calle Gregorio Luperón, en el sector La Jabilla y a pesar de que señaló que se la ha pasado construyendo muros para evitar que el agua penetre en su hogar, hasta ahora esta medida no ha resultado y el agua sigue siendo su mayor preocupación.
Sin embargo, su realidad la comparten sus vecinos y al entrar a la calle los elevados muros son evidentes y la explicación es la misma “para evitar que se meta el agua”.
Los charcos, una cañada que según dijeron los moradores entrevistados no se ha saneado en mucho tiempo es lo que se observa en la calle Gregorio Luperón.
Y todo esto ocurre en momentos en que la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet) informa que continuarán los aguaceros de moderados a fuertes, tronadas y ráfagas de viento en varias provincias del país. Y si bien es cierto que Santo Domingo está en alerta verde, lo ocurrido en provincias Espaillat y Monte Cristi, las cuales tratan de subsanar los estragos de las inundaciones, termina por sumarse a las preocupaciones de los moradores de Santo Domingo Norte ante la posibilidad de sufrir algo parecido.
“La casa aquí hay que tenerla bien alta para poder aguantar la lluvia, hay que estar con muros para arriba, echando material y subiendo, eso es lo que vale porque aquí esto todo se inunda”, afirmó Perano Méndez.
El comerciante de 68 años en las puertas de su pequeño establecimiento dijo que a pesar de las medidas para lidiar con las inundaciones, en ocasiones termina invirtiéndole dinero a su negocio, puesto que los cuatro muros que hasta ahora ha levantado no impiden que el agua entre de todos modos.
Brisas del Este, Sabana Perdida
En Brisas del este las personas afirmaron que los días de lluvias ocurridos recientemente han estado “tranquilos”, pero el recuerdo de lo que vivieron el noviembre del año pasado permanece siempre latente, por lo que cuando anuncian aguaceros pierden el sueño.
“Hasta ahora esta todo tranquilo, hasta que no venga el rio y nos afecte de nuevo como siempre lo hace, vamos a pedirle a Dios que no sea así, porque lamentablemente cuando eso suceda nosotros tenemos que abandonar nuestros hogares, dejar los enseres aquí y cuando uno hace eso se terminan cayendo dentro del agua”, expresó Anisty Medina.
Medina, vive con sus dos hijos de 12 y 14 años, en una pequeña casa próxima al río Yuca, y las épocas de lluvia la mantienen en estado de alerta por una posible inundación.