Pescadores y miembros de la comunidad Los Negros, en la provincia Azua, continúan quejándose de la instalación de las generadoras de electricidad de la empresa turca Karadeniz Powership.
Por: YANIBEL LUNA
Los Negros, Azua. – Pescadores y miembros de la comunidad Los Negros, en la provincia Azua, continúan quejándose de la instalación de las generadoras de electricidad de la empresa turca Karadeniz Powership.
Después de la muerte de más de 15 especies marinas encontradas en la orilla de la playa, los residentes de esta localidad alegan que esto es el resultado del daño causado por las barcazas.
Los afectados alegan que la empresa ha causado un gran daño en la playa, matando a numerosas especies como carey, manatíes, caimanes, peces y langostas.
“Es un crimen lo que han hecho en esta playa, matando todo lo que hay aquí, han acabado con todo”, expresó Rubio Matos.
Los pescadores, con décadas de experiencia en la zona, aseguran que nunca antes habían presenciado una mortandad tan masiva de peces, a pesar de haber enfrentado peores inundaciones en el pasado.
Consideraron, además, que las explicaciones ofrecidas por Yeral Segura, técnico del viceministerio para asuntos costeros y marinos, sobre el arrastre de estas especies al mar por la crecida de los ríos, no son suficientes para justificar la situación actual.
El dirigente comunitario, Juan Adalberto Beltré, en contra de la instalación del proyecto desde hace aproximadamente nueve meses, explicó que su funcionamiento afecta la sostenibilidad ambiental de la zona, la conservación de los manglares del refugio silvestre de Puerto Viejo y perjudica actividades como la pesca y el turismo interno.
“Esta acción es violatoria, porque ahí están las evidencias de que esta es una zona de producción de vida silvestre, esas especies están siendo impactadas por los desechos que se están generando en esas barcazas”, aseguró Beltré. Según el dirigente, las pruebas evidencian el impacto que se ha generado por los desechos tóxicos y las explosiones que han ocurrido en el lugar.
Conjuntamente, denunció que la humareda provocada por las barcazas afecta la salud de los habitantes de la zona y perjudica las actividades agrícolas en un área extensa.
“Todo ese valle agrícola de más de 100 mil tareas productivas está siendo afectados, así como la salud de más de 40 mil habitantes en esta provincia. Nos están cambiando nuestra forma de vida”, añadió Beltré.
Carlos Pérez, líder del proyecto agrícola 12-C, también expuso sus preocupaciones sobre las consecuencias que están sufriendo los agricultores producto de la generadora eléctrica.
“Las barcazas están ubicadas a 300 metros de la orilla de la playa y cuando las encienden, las partículas de esa contaminación se sienten en nuestras casas. Queremos que las saquen de aquí”, exigió Pérez.
No son de aguas dulces
En la playa de Puerto Viejo, más de 70 pescadores organizados en la comunidad comentaron que conocen muy bien las especies que habitan allí. Y desmienten que solo sobrevivan en aguas dulces.
“No son peces de aguas dulces como han querido decir, que llegaron a la orilla de la playa por las corrientes de los ríos producto de las torrenciales lluvias que han ocurrido en los últimos días, esos peces son del mar. Los cangrejos viven en esos manglares. También hay un criadero de lava de langosta y todos los años llegan los manatíes a tener sus crías a esta playa”, dijo el pescador Víctor Beltré. Asimismo, deploró la gran mentira que mantiene todo el equipo de Medio Ambiente, tergiversando las informaciones y hablando desde su conveniencia.
“Lo que estamos pidiendo es que las autoridades jueguen su rol y que hagan una investigación seria en torno a la muerte de los peces y los impactos de las barcazas a la comunidad”, indicó Beltré.
¿De nuevo a los tribunales?
A pesar de que llevaron el caso a los tribunales y de que se falló a favor de la instalación de las barcazas, Beltré aseguró que, si las autoridades no hacen caso a sus denuncias, volverán a la justicia.
“Fuimos a los tribunales, ¿Y qué pasó? Comenzaron a recusar a los jueces y agotarnos hasta el cansancio económico. El pueblo alzó la voz y nos callaron, sin embargo, no nos han vencido, seguimos en pie de lucha hasta que en algún momento el presidente Luis Abinader nos escuche”, alegó Beltré.
También afirmó que las autoridades no están cumpliendo con su responsabilidad y están ignorando las necesidades de la población.
“Ese proyecto fue impuesto a la fuerza, a soborno, a terror y muestra de ello es que ni vistas públicas se hicieron”, manifestó, tras precisar que hasta la fecha no se han sentado a hablar del tema con profundidad y sobre el impacto que experimenta la comunidad.
Según los miembros de red de pescadores que se dan cita todos los días en la playa para realizar su labor diaria, las barcazas están afectando su trabajo. “El público consumidor ya conoce que estas barcazas están envenenando la bahía y la gente rechaza comprarnos, no quieren nada que salga de esa playa. Las mujeres que vendían fritura y otros productos aquí, ya no vienen, ¿Porque a quién le van a vender si la playa no la vista nadie?”, se quejó Pérez.
El pasado mes de marzo a las barcazas, propiedad de la empresa turca Karadeniz Powership, el gobierno dominicano le otorgó el visto bueno para la instalación de una planta generadora de electricidad que inyecte al sistema energético más de 170 megavatios en la provincia de Azua